¡Es hora de ayudar a la Bebé Hazel con su rutina nocturna! Ayúdala a cepillar sus dientes, bañarse y a irse a la cama. El juego se gana simplemente manteniendo feliz a la dulce niñita, y completando cada paso de la rutina a través de tres niveles hasta que este dormida apaciblemente.

Nivel Uno
Primero, los jugadores cepillaran los dientes de la Bebé y después enjuagaran. Aparecerán burbujas de pensamiento arriba de su cabeza con pistas de imágenes para la siguiente tarea. Simples movimiento del cursor ayudan a cepillar bien los dientes. El baño para Bebé Hazel es rápido, utilizando jabón y estropajo para limpiarla bien. Se dan pistas para señalizar una vez que cada paso este terminado. Secarla con una toalla y cuidadosamente aplicarle loción anima a una buena higiene.

Nivel Dos
El siguiente paso requiere alistar su cuna para la hora de dormir. Muestra un área resaltada en donde va cada elemento, en turno, al igual que las nubes de pensamiento. Primero haz la cama, con una manta y protectores de cuna. Después los animales de peluche y la sonaja van en los alrededores del espacio de dormir de la cuna. Después que el jugador coloca a Hazel en la cuna, un libro de historias se lee con la luz de noche. Algunas partes de la historia en las que sale un lobo pueden espantarla, y puede ser necesario calmarla con palmaditas y agitando el sonajero.

Nivel Tres
Es un entorno muy realista de la hora de dormir, la niña con sueño debe tener musica suave de su caja de musica, luz suave de la lampara de la mesa, y besos y palmaditas confortantes. El jugador debe seguir sus sueños y darle palmaditas cuando tenga miedo; darle besitos en la frente, o reiniciar la caja de música hasta que el medidor de felicidad este lleno y ella este completamente dormida.

La hora de dormir de Bebé Hazel anima a mantener un fuerte nivel de atención al igual que comportamiento cálido. Si estos faltan, o se comenten errores en cada tarea, la Bebé puede molestarse y llorar por lo tanto disminuyendo la barra de felicidad y perdiendo tiempo para completar el nivel. Los buenos indicadores de felicidad, además de la barra, son sus rizas, susurros y sonrisas.